Corazón
Una vez que sanó la herida, abrió su corazón, dispuesto a amar, dispuesto a vivir.
Una vez que sanó la herida, abrió su corazón, dispuesto a amar, dispuesto a vivir.
Se apoderó de ella y ella se quedó inerte, inmóvil antes su presencia. Él, por su parte, se alimentaba de su angustia y crecía cada día más, hasta que ella se diera cuenta de que podía hacerle a un lado, que era más grande que él.